miércoles, 22 de abril de 2009

COLUMNA DEL DR. ABRAHAM GAK

La repitencia antesala de la deserción



Por el Dr. Abraham Leonardo Gak, asesor de la escuela secundaria, Profesor Honorario de la UBA. Director del Plan Fenix




Si bien la información disponible en las páginas informativas del ministerio llegan al 2004/5, las distintas consultas efectuadas a docentes y directivos de escuelas secundarias de Capital y del Gran Buenos Aires nos señalan un gran incremento de los índices de repitencia, que en algunos casos llegan a más del 50%.


Si bien hemos planteado en forma reiterada la necesidad de un profundo cambio (desde las raíces) de la educación media, el fenómeno creciente de la repitencia nos parece que debería ser encarada de alguna forma.


¿Porque decimos que la repitencia es el paso previo de la deserción? El repetir de año tiene lecturas concurrentes en el ánimo del alumno. Por un lado, se debe enfrentar con la condena social al ser considerada la repitencia como un fracaso atribuible únicamente al alumno. Por el otro, al repetir el año lectivo debe recursar un número de asignaturas que ya había aprobado en su cursada anterior, si bien en algunos casos pueden ser muy pocas, en otros pueden ser 6 ó 7, con programas que seguramente no son muy distintos a los del año anterior. Deberá convivir en el aula con compañeros que en el mejor de los casos son un año menor a él, en una etapa en que las diferencias pueden ser grandes. También deberá ver en la escuela a sus compañeros del año anterior, que avanzaron y no son perdedores como él. Desde luego, que en la escuela, salvo excepciones, nadie se habrá preguntado por que causa, este chico no ha podido pasar de año, tomando en cuenta que los peligros de repitencia no aparecen en noviembre, por lo contrario, ya a comienzos del año lectivo aparecen las señales de peligro. En pocas palabras, repetir el año, es para el alumno, lo exteriorice o no, un infierno, que en muchos casos termina en nuevas derrotas frente al sistema y en otros se concreta en la fuga hacia delante, es decir la deserción. Por otra parte, la institución también sufre. La presencia en los cursos de un número considerable de repetidores le quita prestigio y provoca el alejamiento de nuevos alumnos. En resumen, el sistema actual, expulsivo, logra el efecto de promover la educación privada, dejándole a la escuela pública el rol de escuela para los pobres y

los malos alumnos. Exitoso como pocos el proyecto privatizador.


Desde luego si el problema lo insertamos en un programa integral de reforma del sistema, estaría subsumido en un enfoque generalizado de la relación de la escuela con sus alumnos, pero resolverlo en forma aislada nos enfrenta con dificultades difíciles, pero no imposibles de sortear.

Al exponer nuestra propuesta, sentimos necesario aclarar, que la solución que propugnamos no pasa por bajar el grado de exigencias de conocimientos requeridos para avanzar en la cursada. No se trata, como seguramente lo expresará la prensa conservadora y muchos docentes que, por otra parte, no asumen una mínima parte de responsabilidad en la falta de respuestas y acciones para enfrentar el problema, de que son propuestas populistas que buscan la salida facilista de aprobar a todos, con graves perjuicios para el sistema educativo y para el país .


La propuesta que formulamos, tiende a proponer que las escuelas permitan pasar de grado a los alumnos que adeudan materias, pero incorporándolos a un circuito informal en contraturno con docentes que los prepararán para aprobarlas materias adeudadas.


Esto significa un aumento de horas docentes y por ende, de presupuesto ya que se deberán incorporar personal docente para este recorrido. Es indudable, si la idea es exitosa, los costos finales serán menores, ya que no deberán recursar asignaturas ya aprobadas y si se logra reducir la deserción, se evitará el costo de implantar programas de inserción especiales.


Siempre genera preocupación la gestión de una reforma de este fuste. Ya que muchas escuelas no cuentan con los elementos y comodidades para una implementación de un programa de esta naturaleza.

Hemos escuchado otras propuestas para enfrentar la situación. La intencionalidad de este breve artículo es instalar un debate constructivo frente a un problema que unánimemente todos creemos que es muy grave, de modo que es de desear que este medio habilite sus páginas para ello. Una ventaja no menor será la de instalar un tema que rompa con la unicidad de las preocupaciones ciudadanas y nos permita sumergirnos en el mediano y el largo plazo, desde luego sin desatender la coyuntura.


Unas consideraciones finales: Las soluciones que bosquejemos serán siempre remiendos, lo que es mejor que la ruptura, pero en definitiva el sistema vigente sigue teniendo paradigmas obsoletos, de tal manera que hace a su condición que sea expulsora porque no quiere enfrentar una realidad diferente a la que dio origen al sistema vigente.