MEMORIA Y JUSTICIA – por Gabriel Altmark y Alan Chokler (alumnos de 5º año)
El tema de memoria y justicia es muy amplio. Uno puede recordar su importancia, lo que eso significa, pero todos lo sabemos. Lo que no sabemos, es que estos dos conceptos, por llamarlos de alguna manera, son más amplios de lo que imaginamos. A pesar de ser abstractos, intangibles, pueden y deben tener mucha más incidencia que cualquier cosa material.
Lo material puede ser modificado, adulterado, incluso destruido, pero si tenemos memoria, y la mantenemos viva, pura, cualquier destrucción será en vano. Para citar un ejemplo, no todos tenemos fotografías o filmaciones de todos los momentos de nuestras vidas, y nunca consideramos esto importante (no se pueden registrar las cosas espontáneas). Sin embargo, tenemos muchos recuerdos vivos sobre cosas que nos pasaron, aunque ya de esto hayan pasado muchos años. Eso debemos intentar, que los hechos que merecen ser memorizados, estén tan incorporados y arraigados en la sociedad que sea imposible borrarlos.
Hablar de memoria nos lleva, indefectiblemente, a hablar de justicia. Este término tiene muchas interpretaciones, una por cada ser pensante en el mundo. No todos tenemos la misma visión de lo que es justo, y eso es muy positivo. El problema se da cuando no toleramos la existencia de otras opiniones, y ahí ejercemos la injusticia. Aún así, hay hechos que son injustos por naturaleza, como no castigar a quien se lo merezca, llámese asesino, ladrón, corrupto, explotador. No castigar, o no reclamar un castigo justo para quien lo merezca, es tan injusto como cometer un crimen. Ojala pudiésemos confiar en que los castigos no son necesarios, que el otro se va a arrepentir. También debe considerarse que cualquier pena carece de efecto si los hechos se vuelven a repetir una y otra vez.
La mejor manera de conseguir un mundo justo y con memoria, es mediante la educación, ya sea la que recibimos en la escuela, como la que recibimos en nuestro hogar u otros lugares. Cada uno es educado con ciertos valores, aunque muchos otros se omiten en algunos casos. Debemos intentar que estos casos sean cada vez más infrecuentes.
En este 18 de abril, nosotros alumnos del Scholem Aleijem seguimos exigiendo justicia.
El tema de memoria y justicia es muy amplio. Uno puede recordar su importancia, lo que eso significa, pero todos lo sabemos. Lo que no sabemos, es que estos dos conceptos, por llamarlos de alguna manera, son más amplios de lo que imaginamos. A pesar de ser abstractos, intangibles, pueden y deben tener mucha más incidencia que cualquier cosa material.
Lo material puede ser modificado, adulterado, incluso destruido, pero si tenemos memoria, y la mantenemos viva, pura, cualquier destrucción será en vano. Para citar un ejemplo, no todos tenemos fotografías o filmaciones de todos los momentos de nuestras vidas, y nunca consideramos esto importante (no se pueden registrar las cosas espontáneas). Sin embargo, tenemos muchos recuerdos vivos sobre cosas que nos pasaron, aunque ya de esto hayan pasado muchos años. Eso debemos intentar, que los hechos que merecen ser memorizados, estén tan incorporados y arraigados en la sociedad que sea imposible borrarlos.
Hablar de memoria nos lleva, indefectiblemente, a hablar de justicia. Este término tiene muchas interpretaciones, una por cada ser pensante en el mundo. No todos tenemos la misma visión de lo que es justo, y eso es muy positivo. El problema se da cuando no toleramos la existencia de otras opiniones, y ahí ejercemos la injusticia. Aún así, hay hechos que son injustos por naturaleza, como no castigar a quien se lo merezca, llámese asesino, ladrón, corrupto, explotador. No castigar, o no reclamar un castigo justo para quien lo merezca, es tan injusto como cometer un crimen. Ojala pudiésemos confiar en que los castigos no son necesarios, que el otro se va a arrepentir. También debe considerarse que cualquier pena carece de efecto si los hechos se vuelven a repetir una y otra vez.
La mejor manera de conseguir un mundo justo y con memoria, es mediante la educación, ya sea la que recibimos en la escuela, como la que recibimos en nuestro hogar u otros lugares. Cada uno es educado con ciertos valores, aunque muchos otros se omiten en algunos casos. Debemos intentar que estos casos sean cada vez más infrecuentes.
En este 18 de abril, nosotros alumnos del Scholem Aleijem seguimos exigiendo justicia.